TaquicardiasSe trata de ritmos rápidos (por encima de 100 lat/min). Dependiendo de su origen de denominan SUPRAVENTRICULARES (con origen en estructuras por encima de la bifurcación del Haz de His) o VENTRICULARES. Pueden aparecer tanto en pacientes con enfermedad cardiaca previa como en pacientes sin cardiopatía. En general, las arritmias supraventriculares no suelen revestir gravedad, sobretodo si no existe cardiopatía de base aunque sí pueden mermar la calidad de vida. Las arritmias ventriculares, en general, suelen ser las más graves. Las causas son muy variables. Algunas son fisiológicas y se producen por el ejercicio, la fiebre o por estrés. Otras se deben al consumo de sustancias excitantes, se deben a alguna enfermedad cardiaca, o aparecen al envejecer la persona. Haremos una breve referencia a los tipos más frecuentes: 1. TAQUICARDIA SINUSAL: Se trata de un aumento de la frecuencia del ritmo normal. Suele ocurrir como respuesta normal a una demanda fisiológica (ansiedad, ejercicio físico …) y por tanto no es anormal y no requiere tratamiento. Es frecuente que personas bajo situación de estrés o ansiedad noten palpitaciones rápidas y no es patológico. Normalmente el ritmo se va acelerando progresivamente y cuando el episodio finaliza lo hace poco a poco. En algunos pacientes estas taquicardias pueden producirse en reposo o sin razón alguna que las justifique denominándose entonces “taquicardia sinusal inapropiada” y sí . puede requerir tratamiento. En otras ocasiones la taquicardia sinusal es secundaria a alguna enfermedad o circunstancia (anemia, fiebre, hipertiroidismo,…) y el tratamiento irá dirigido a tratar esta última. 2. TAQUICARDIAS PAROXÍSTICAS SUPRAVENTRICULARES (TPSV): Con el término paroxísticas nos referimos a episodios puntuales de taquicardias con una duración habitualmente menor de 24 horas. Los pacientes que las padecen están la mayor parte del tiempo en ritmo sinusal pero puntualmente, con mayor o menor frecuencia y duración, aparecen crisis de taquicardias que en ocasiones se terminan solas o con determinadas maniobras y en ocasiones requieren ir a Urgencias para que se terminen los episodios. Nos referiremos a los tres tipos más frecuentes.
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3. FLÚTER AURICULAR (también llamado aleteo auricular): Arritmia auricular que consiste en el establecimiento de un circuito eléctrico que recircula en cualquiera de las dos aurículas alrededor de determinados obstáculos, bien anatómicos como por ejemplo válvulas o bien adquiridos como cicatrices. Aunque pueden presentarse en forma de taquicardias paroxísticas (crisis puntuales), normalmente cuando se establece el circuito requiere actuación de un médico para terminar la taquicardia. Se trata de una arritmia potencialmente tromboembolígena, es decir, en pacientes con determinados factores de riesgo puede producir trombos que se asientan en las aurículas pero que pueden ser despedidas a través de la circulación produciendo infartos en las zonas donde asienten esos émbolos (infartos cerebrales fundamentalmente), por lo que habitualmente se precisa iniciar un tratamiento anticoagulante (que hace más líquida la sangre) cuando se establece el diagnóstico. Una vez se cure la arritmia podría ser retirado este tratamiento o no, dependiendo de las características del paciente que lo ha padecido. Existen varios tipos pero el más frecuente es el llamado flúter común o típico, en el que el circuito se localiza en la aurícula derecha, en torno a la válvula tricúspide.
En esta arritmia el tratamiento farmacológico suele ser poco eficaz e incluso en ocasiones favorecer la autoperpetuación del circuito. La ablación con catéter es un procedimiento rutinario y es el único tratamiento curativo (tasa de éxito mayor del 95%) con un riesgo mínimo de complicaciones por lo que se considera de elección. La realización del procedimiento es necesaria para plantear retirar el tratamiento anticoagulante. Existen otros tipos de flúter, más excepcionales. Dependiendo de la localización del circuito del flúter, de las características del paciente y del estado de la aurícula donde se origina (dilatación excesiva, etc) la complejidad del procedimiento de ablación puede variar y por tanto el porcentaje de éxito. En algunos casos un mismo paciente presenta diversos tipos de flúteres o incluso asocian o acaban degenerando en otra arritmia (fibrilación auricular). Todos estos factores añaden complejidad al caso por lo que deben ser evaluados de manera individualizada por el especialista.
4. FIBRILACIÓN AURICULAR: Es la arritmia más frecuente en la práctica clínica, con una prevalencia del 1% en la población general, que se incrementa al 10% en los mayores de 80 años. Se asocia con un aumento de riesgo de infarto cerebral, insuficiencia cardiaca y mortalidad, especialmente en mujeres. Es una arritmia que consiste en una activación auricular desordenada que hace que la aurícula se contraiga de manera anárquica, muy rápida (entre 350 y 600 latidos por minuto) y poco efectiva. por lo que no es capaz de impulsar la sangre a los ventrículos, pudiendo quedar un remanso de sangre que puede transformarse en trombos que más tarde podrían embolizar (ser impulsados) a cualquier parte del organismo (habitualmente el cerebro) y producir un infarto.
4. FIBRILACIÓN AURICULAR: Es la arritmia más frecuente en la práctica clínica, con una prevalencia del 1% en la población general, que se incrementa al 10% en los mayores de 80 años. Se asocia con un aumento de riesgo de infarto cerebral, insuficiencia cardiaca y mortalidad, especialmente en mujeres. Es una arritmia que consiste en una activación auricular desordenada que hace que la aurícula se contraiga de manera anárquica, muy rápida (entre 350 y 600 latidos por minuto) y poco efectiva. por lo que no es capaz de impulsar la sangre a los ventrículos, pudiendo quedar un remanso de sangre que puede transformarse en trombos que más tarde podrían embolizar (ser impulsados) a cualquier parte del organismo (habitualmente el cerebro) y producir un infarto.
El origen de la fibrilación auricular en la mayoría de los casos está en las venas pulmonares, que están conectadas a la aurícula izquierda. Puede aparecer en forma de paroxismos (crisis puntuales de arritmia) o el primer episodio puede ya ser persistente y no quitarse la arritmia salvo que se haga alguna intervención médica sobre la misma (cardioversión). La evolución natural de esta arritmia si no se interviene sobre ella es presentar crisis cada vez más frecuentes o pasar a ser persistente, producir cambios degenerativos en la aurícula izquierda y dilatación de manera que cada vez resulta más difícil actuar sobre ella de manera eficaz hasta que finalmente se queda de manera permanente como ritmo del paciente. Para evitar esto se requiere actuar de manera precoz sobre ella, bien con fármacos antiarrítmicos y cuando éstos no son eficaces, mediante ablación. En los pacientes que presentan algún factor de riesgo tromboembólico (mayor tendencia a formar coágulos) se debe iniciar tratamiento anticoagulante, que habitualmente debe mantenerse de manera indefinida.
5. TAQUICARDIAS VENTRICULARES: Son arritmias originadas por debajo de la bifurcación del Haz de His. Típicamente en los ventrículos. Cuando son cortas (menores de 30 segundos) se llaman “no sostenidas” y tienen una significación similar a las extrasístoles. Cuando se mantienen más de 30 segundos se llaman “sostenidas” y en general son arritmias graves, que pueden causar síncope, mareos o incluso la muerte.
5. TAQUICARDIAS VENTRICULARES: Son arritmias originadas por debajo de la bifurcación del Haz de His. Típicamente en los ventrículos. Cuando son cortas (menores de 30 segundos) se llaman “no sostenidas” y tienen una significación similar a las extrasístoles. Cuando se mantienen más de 30 segundos se llaman “sostenidas” y en general son arritmias graves, que pueden causar síncope, mareos o incluso la muerte.
Sin embargo la gravedad nuevamente viene determinada por la existencia o no de enfermedad cardiaca. En pacientes sin enfermedad cardiaca estas arritmias suelen ser benignas pero el pronóstico y el tratamiento debe valorarlo un especialista en arritmias. El tratamiento dependerá del tipo de taquicardia ventricular y de la enfermedad cardiaca que padezca el paciente. Habitualmente los fármacos no son suficientes para tratarlas y se requiere de otras intervenciones como la ablación o el implante de un desfibrilador.
6. FIBRILACIÓN VENTRICULAR: Es una arritmia que consiste en conducción extremadamente rápida y desorganizada de los ventrículos de manera que no se produce contracción eficaz por lo que produce una parada cardiaca. Es la arritmia final en la mayoría de las muertes súbitas.
6. FIBRILACIÓN VENTRICULAR: Es una arritmia que consiste en conducción extremadamente rápida y desorganizada de los ventrículos de manera que no se produce contracción eficaz por lo que produce una parada cardiaca. Es la arritmia final en la mayoría de las muertes súbitas.
El único tratamiento eficaz es la desfibrilación. En los pacientes que consiguen sobrevivir a ella debido a una desfibrilación precoz tienen que ser cuidadosamente valorados por un especialista. Se debe tratar la causa desencadenante y en caso de que no exista causa tratable el tratamiento de elección es el implante de un desfibrilador.